Hugo Presman afirma que reemplazar al Estado por el mercado, de donde emergen los advenedizos tecnocráticos o empresarios intentando sustituir los políticos profesionales, es un camino al abismo. Pero, advierte Presman, ha llegado el tiempo en que la dirigencia política y la política deben auto depurarse. De lo contrario se corre el riesgo de alternativas absurdas con consecuencias irreparables o que en algún momento las imágenes de repudios del 2001 tengan su remake.