Si la dirigencia política de nuestro país insiste en este delirio megalómano de permanencia en sepia, Milei y sus dueños estarán agradecidos y nuestro país se parecerá cada día más a Perú y a su exclusión social obscena, pero con una “macroeconomía ordenada”.
Raúl Zaffaroni afirma en este artículo que el contexto actual no es el de un mero quiebre de la democracia, sino de la república, es decir, que se trata de la clarísima muestra de una vocación totalitaria.
Son los espasmos vivos de la sociedad que retornan bajo las formas plebeyas, los que acaban orientando al movimiento antes de que se nos ocurra a nosotros cómo hacerlo.
Por Conrado Yasenza* (para La Tecl@ Eñe) La marcha del miércoles 12 de marzo iba a ser algo diferente porque los jubilados estarían acompañados, y, pensábamos […]