Rosario atraviesa una situación tremenda, absolutamente previsible por otro lado. Desde hace 15 años, la debacle es indetenible, aunque ha habido una “política de Estado” en la que han coincidido todos los gobiernos nacionales y provinciales.
El “no hay plata” es menos para las clases que gobiernan que para los trabajadores. En esa contradicción ya tenemos un rasgo de fascistidad, sostiene Rocco Carbone.