La discursividad popular es fangosa. Intentar que una fuerza política que la expresa sea un coro uniforme de niños cantores es tan absurdo como abjuratorio de su potencia político social.
Crónica de un acto/un actuar peronista Por Sebastián Russo* (para La [email protected] Eñe) El amor es la vida porque no la entretiene, la posee. Macedonio […]
Macri pasó de ser un exitoso a ser un fracasado, dijo Mirtha. No fracasó, devino un "ser fracasado". Mauricio fracasó pero nunca fue un sujeto exitoso. Ganó por lo que expresaba, no por habilidad política alguna. Y lo que expresaba es lo que triunfó y sigue triunfando: el imaginario neoliberal.
Sebastián Ruso afirma que en una posible teoría política del contagio la acción de animar es justamente política en tanto que contribuye a configurar sujetos y comunidad, y sostiene que el estatuto político de una acción se mide no por su "verdad" intrínseca, su expresión de racionalidad argumental, sino por su capacidad de contagio. El contagio es en política la expresión más viva de su mutuo y conflictivo existir.