El presidente argentino se retira mintiendo para los que disfrutan de esa mentira aunque les haya ido muy mal con esta administración. El sacrificio que en otros tiempos se podía hacer por la verdad, ha metamorfoseado en un masoquismo de la mentira y un odio de PlayStation donde el Neoliberalismo ha encontrado una de las claves mayores de su reproducción.
Carlos Caramello sostiene en este artículo que los grandes Grupos Comunicacionales con sus diarios y radios; con sus señales de televisión y sus periodistas, son los nuevos verdugos del sistema. Los poderosos les han otorgado ese rol y algunos lo han asumido gustosos.
El comportamiento del gran empresariado industrial argentino va contra las mayorías, están colonizados e ideológicamente tienen anteojeras; carecen de un proyecto que, persiguiendo sus propios intereses, consiga incluir a las mayorías. Es difícil hacer un desarrollo capitalista sin la clase social que debería motorizarla. Como alguna vez escribió el ensayista Alejandro Horowicz: “son una clase dominante pero no dirigente.”
Por Manuel Quaranta* (para La [email protected] Eñe) La vida –la conjunción improbable de azar y resoluciones ajenas, sumada a una ínfima, aunque relevante, porción de […]