La fórmula Fernández-Fernández fue un paso imprescindible que ordena a la mayoría de la “tropa propia” y canaliza las expectativas de vastos sectores. Pero no es suficiente, hay que consolidar las preferencias de aquellas/os que ya expresan su adhesión a la propuesta y conquistar nuevas voluntades para que el triunfo sea categórico y contundente.