Horacio González sostiene en este artículo que el llorar para adentro se puede convertir hoy en un eslabón fundamental del ejercicio de la política en el espacio público nacional. ¿No quieren voltear un gobierno democrático con los artificios más repudiables? Hay que situarse entonces en el punto de reflexión activa y de acción reflexiva que excavando más hondo, pueda refutar tanta trapacería. En este momento de perspicacia íntima, en esa hondura temblorosa y preocupada, ahí sí, hay política, y la hay tal vez como el comienzo de una madura acción resistente.