La pandemia del coronavirus ha cambiado los modos del entramado intersubjetivo en todos los niveles. La angustia de muerte, otrora desmentida como condición para transitar la vida, desfila de forma desembozada. La autoconservación arrasa los paradigmas liberales. En el devenir después de la pandemia, se juegan las condiciones de partida para la toma de conciencia social, sobre la necesariedad de combatir a la concentración de la riqueza con la misma intensidad que al coronavirus.