Claudio Zeiguer sostiene en esta nota que a raíz de una palabra fetiche y mal utilizada por una periodista en una conferencia de prensa de trascendencia colectiva, se coló una duda formidable: ¿no se estará gestando una nueva especie de contracultura anticientífica, anti psicoanalítica, altamente irracionalista, de consumo masivo y urgente?