El padre de la ciencia económica moderna Adam Smith, nunca tuvo en cuenta que era una mujer, Margaret Douglas, la que preparaba su cena todos los días. Otra mujer, Epifanía Uveda, “Fanny”, fue quien se ocupó de la atención diaria de Jorge Luis Borges. En esta nota Angelina Uzín Olleros recupera la historia de Fanny, esa mujer olvidada que se contentaba con haber sido la mucama de una personalidad tan importante, como si ese hecho hubiese borrado cualquier pretensión de justicia o de reconocimiento de su persona como sujeto de derechos.