Estado

23 noviembre, 2020

Proyecto y política – Por Ricardo Rouvier

El proyecto es una racionalización deliberada de la vida política, a diferencia del proceso que es inevitable y se impone. Justamente, el proyecto, y ese es su principal deseo, intenta modificar los procesos, acelerarlos, detenerlos, reconducirlos, etc. También está la adaptación, el modo en que un proceso general puede incorporarse a lo local manteniendo la soberanía. Poner de pie a nuestro país implica hoy mantenernos conectados con el mundo pero con un proyecto que pueda mejorar la vida de nuestro pueblo.
5 enero, 2021

Bailando desnudos sobre la playa – Por Jorge Giles

Los casos de contagio crecen día a día, semana a semana. Los casos de desacato a las normas de cuidado, también. El Estado, en tanto, recomienda, aconseja, opina, diagnostica, pronostica, pero deja hacer, deja pasar, sostiene Jorge Giles en esta nota, y afirma que para seguir vivos tenemos que tener un Estado que, además de diagnosticar, aplique sin pérdida de tiempo el toque de queda sanitario que deba aplicar sin estigmatizar a la juventud y dar la lucha por el sentido común dominante y por una visión justa de la realidad.
12 abril, 2021

Más Estado, antes de que sea tarde – Por Daniel Rosso

Ante la evidencia de una veloz segunda ola de Covid-19 instalada en nuestro país y en la región, el discurso de la oposición política argentina gira en torno de la ampliación del concepto de autoritarismo hasta hacerlo coincidir con la totalidad del discurso y las políticas gubernamentales, lo cual implica, según sostiene Daniel Rosso en este artículo, la promoción de un totalitarismo de la libertad donde sólo hay individuos libres. En este contexto, cualquier intervención del Estado es contra la libertad. Esta construcción ideológica de un discurso que pone en jaque políticas de regulación estatal, no debería permear en el terreno de las decisiones que un gobierno debe tomar ante una situación epidemiológica grave.
22 abril, 2021

Anarquistas y Política – Por Jorge Alemán

Jorge Alemán sostiene en este artículo que el espíritu anarquista siempre se encuentra con la siguiente encrucijada: diluye las fuerzas de la contienda, borra las fronteras del antagonismo. En este sentido, comparte un mismo punto de vista con la vieja tradición liberal  y con cierta izquierda que se considera a sí misma radical. De este modo, el anarquismo es un liberalismo clásico que se imagina revolucionario y que apela a formas de vida singulares sin dar cuenta de su posible traducción política.