Ricardo Forster

20 abril, 2020

¡Es la salud pública, estúpido! (séptimo Capítulo) – Por Ricardo Forster

El primer gran desafío al que nos enfrentamos es reconstruir el Estado bajo las premisas de su responsabilidad social abriendo de forma universal el acceso a la salud; pero también cuestionando en los hechos la desigualdad estructural junto a la financiarización predominante en la lógica de acumulación del capital en su etapa neoliberal.
27 abril, 2020

Alain de Benoist o el retorno de los dioses dormidos de la “nueva” derecha francesa (capítulo ocho) – Por Ricardo Forster

La prolongación del miedo junto con una pandemia que no retrocede y que deja exhausta a la economía de las clases medias y de los sectores populares, pueden ser una puerta por la que se cuelen salidas nacionalistas de derecha, principalmente en Europa aunque no puede despreciarse esa posibilidad en la región. Alain de Benoist es una de las voces intelectuales que, situadas en una derecha que se quiere “populista”, está convencido de que el tiempo de la hegemonía neoliberal está cumplido.
7 mayo, 2020

De ciclos históricos agotados, de mutaciones en la subjetividad y de resentimientos varios (capítulo 9) por Ricardo Forster

Las cacerolas que hoy vuelven a sonar lo hacen para atacar a un gobierno que se enfrenta a una crisis inédita que conjuga, al mismo tiempo, desastre económico heredado por cuatro años de furioso neoliberalismo y una pandemia global que no se sabe cuándo ni cómo terminará. Esas cacerolas son empuñadas por una clase medias asustada, azuzada por los medios de comunicación que trabajan para darle fortaleza a un sentido común desprovisto de autonomía y que ha abandonado todo argumento para refugiarse en el más puro resentimiento.
24 mayo, 2020

Geolocalización: ¿combatir la pandemia o controlar a la sociedad? – Por Ricardo Forster

En nombre de la salud y del cuidado se pondrá en funcionamiento un dispositivo de alcances fenomenales que acabará por auscultar cada milésima de nuestros movimientos, adentro y afuera de nuestras casas, haciendo añicos cualquier resto de privacidad o intimidad que nos queda en una sociedad dominada por las pantallas, los geolocalizadores y el sanitarismo elevado a religión de Estado por los mismos que hicieron lo posible por desarmar los sistemas de salud en nombre de la rentabilidad, el equilibrio fiscal y los protocolos inviolables del gasto público