Destacada

15 febrero, 2021

¿Se puede gobernar un país en crisis con moderación? – Por Hugo Presman

Hugo Presman plantea en esta nota el siguiente interrogante: ¿es posible superar la crisis económica más profunda de toda la historia y la pandemia actual con moderación, evitando disgustarse con el poder económico, adoptando una actitud amistosa con los medios dominantes y las finanzas internacionales? Para tratar de responder esta pregunta, Presman enumera una serie de respuestas de periodistas, intelectuales y politólogos, a las cuales suma su opinión.
18 febrero, 2021

Bitácora de Pandemia – Por Carlos Caramello

Carlos Caramello nos envía su Bitácora de la Pandemia, donde nos advierte que hay una peste que crece desde que la humanidad pasó del medioevo a la modernidad. Y no hay vacuna para esta enfermedad que ha ido mutando del capitalismo industrial a esta ponzoña de financierismo salvaje.
19 febrero, 2021

Conversar y conducir – Por Daniel Rosso

Daniel Rosso afirma en esta nota que la estrategia del gobierno no es sólo tranquilizar la economía, también es tranquilizar el lenguaje. Junto al indudable acierto de poner a toda la sociedad a conversar, Rosso sostiene que es necesario eludir la trampa antidemocrática, que es la que proponen medios hegemónicos y Juntos por el Cambio: la que desconoce que las elecciones existen, que concentran el poder en uno de los contendientes y que éste, con los instrumentos del Estado en sus manos, tiene la responsabilidad de llevar a la práctica las políticas por las que fue votado.
21 febrero, 2021

Horacio Verbitsky. El oscuro día de los moralizantes – Por Horacio González

El caso de Horacio Verbitsky se prestó para que se concentrara la polución colectiva de los grandes medios de comunicación, recogiendo las ansiedades malogradas de miles y miles de personas que dirigieron hacia ese único e impensable punto, sus desbaratadas ganas de ultrajar. Bastaba que en ese punto apareciera la figura de Horacio Verbitsky. Una figura pública que durante más de medio siglo fue reinventando una modalidad de periodismo que sin perder sutileza, ironía y fino sarcasmo, se dedicó a desnudar las tramas ilegales, represivas y destructivas de las formas políticas más horrendas que conoció la humanidad, desde actos de sufrimiento y aniquilación producidos en personas con compromisos políticos revolucionarios hasta esquemas ilegales de negocios que estrujaron hasta dejar exangüe a nuestro país. ¿Se olvidó eso? Los grandes medios que sacaron sus relucientes armamentos hechos de emoticones y rabiosa opinología, se frotan las manos.