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Bitácora de Pandemia – Por Carlos Caramello

Carlos Caramello nos envía su Bitácora de la Pandemia, donde nos advierte que hay una peste que crece desde que la humanidad pasó del medioevo a la modernidad. Y no hay vacuna para esta enfermedad que ha ido mutando del capitalismo industrial a esta ponzoña de financierismo salvaje.

Por Carlos Caramello*

(para La Tecl@ Eñe)

 

“La Conciencia Narcisista

sustituye a la Conciencia Política”

Gilles Lipovetsky

 

Enero, 2020: ¿Qué son esas voces, esos ruidos que llegan de Wuhan? Rumores de muerte. Alertas de ciencia ficción. ¿El mundo ha sido atacado por la destrucción final? Un virus hermético llega desde China. Un signo apocalíptico del mañana. La OMS alerta gravedades. ¿Culpa del hombre o respuesta de la naturaleza? ¿Fue la sopa de murciélago o los churrascos de Pangolín vuelta y vuelta? “La pandemia es un contraataque de la madre Tierra contra un tipo de humanidad que la sigue amenazando”, sentencia Leonardo Boff, uno de los mayores artífices de la Teología de la Liberación pero, se sabe que hay demasiados laboratorios esparcidos por el mundo jugando a la ruleta rusa bacteriológica. La palabra cuarentena aparece antes que el fonema Pandemia. El mundo asume una nueva nomenclatura: COVID-19. En menos de 10 días Japón, Nepal, Francia, Australia, Malasia, Singapur, Vietnam, Taiwán, Tailandia y Corea del Sur notifican casos. La peste viaja en avión. Emergencia global refrendada para cerrar el mes.»

Febrero, 2020: China se pone seria. Dicta reglas estrictas. Hong Kong promete penas de prisión para cualquiera que violente las reglas de aislamiento. Muere Li Wenliang, el mártir que intentó dar la alarma sobre el virus y fue castigado por las autoridades. Protestas se levantan contra el Poder y contra el Dispoder. Casi 700 personas se infectan a bordo del crucero Diamond Princess atracado en Yokohama. La final de la Liga de Campeones en el estadio de San Siro, Milán, en donde el Atalanta le gana 4 a 1 al Valencia, torna en una verdadera bomba biológica: decenas de miles de bocas gritan goles, cantan en el transporte público, beben del pico de la botella en los bares… La vieja y decadente Europa entra al Infierno por la puerta oriental. Se clausura el Carnaval de Venecia. Bahrein, Iraq, Kuwait, Afganistán y Omán informan sus primeros casos. Detrás de ellos, Noruega, Dinamarca, los Países Bajos, Irlanda del Norte, Estonia, Rumanía, Grecia, Georgia, Pakistán, Macedonia del Norte y Brasil. Mientras tanto, el meticuloso aislamiento da frutos en China, en donde los contagios empiezan a ceder. Trump, apalancado en su reelección presidencial, le baja el precio al virus: habla de una conspiración internacional contra su candidatura. Epidemiólogos de la región del Véneto alertan sobre la dimensión de la tragedia que se cierne sobre el mundo… sin que nadie los escuche: quizá por ese devenir trágico de los mediterráneos, la sociedad global no toma nota.

 

Marzo, 2020. Las exportaciones chinas caen casi el 20% durante enero y febrero. La OMS declara que el brote de coronavirus es… ¡Pandemia! El gobierno italiano instaura el primer confinamiento europeo: 60 millones de personas recluidas en sus hogares, salvo causa extrema. En Argentina se detecta el primer caso: Ariel, llegado de Milán. Unos días después, un argentino es el primer muerto por COVID en toda América del Sur. También España y Francia abrazan la cuarentena. Inglaterra, en cambio, a través de su primer ministro, habla de la inmunidad de la manada. Saca cuentas: de sus más o menos 66 millones de habitantes, unos 40 millones de personas se infectarían, 4 a 6 millones se enfermarían gravemente y 2 millones requerirían cuidados intensivos. Alrededor de 400.000 británicos morirían… una bicoca. Trump, contento como Pangolín después del brote, se zambulle en esa teoría pero el gobernador de California lo contradice y manda a 40 millones a guardarse en sus casas. Nueva York deviene epicentro de la epidemia. Boris Johnson, primer ministro inglés, es hisopado y da positivo, es decir: lo alcanza la manada, y no la pasa bien. En China no se registran nuevos casos durante tres días seguidos. La filosofía juega sus cartas: Byung-Chul Han y Slavoj Zizek (junto a otros pensadores menos mediáticos) debaten el después de la pandemia: “Sobrevivir se convertirá en algo absoluto, como si estuviéramos en un estado de guerra permanente”, arguye el coreano mientras el esloveno reclama “una plena solidaridad incondicional y una respuesta coordinada a nivel global, una nueva forma de lo que antaño se llamó comunismo”. Pero el mundo no está demasiado seguro de nada y las marchas feministas se realizan igual en todo el planeta mientras empresarios inescrupulosos venden miles de test defectuosos de detección rápida del virus. The Guardian advierte que las autoridades de EEUU tienen sangre en las manos (chocolate por la nueva). Alberto Fernández, presidente de Argentina, al sur del sur, declara el “aislamiento social, preventivo y obligatorio”.

 

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Abril, 2020. El mundo admite el primer millón de casos de COVID-19 pero un documento del Imperial College London advierte que serían muchísimos más. La ONU habla de la “peor crisis” del universo desde la Segunda Guerra. “Si ves sangre en las calles, invierte en propiedades”, dice una voz en off. Entonces, los poderes económicos se apropian del sabot para jugar sus cartas anti-cuarentena: vidas versus recesión económica parece ser la ecuación a instalar en los grandes medios aunque algunos, como Le Monde, también advierten que, si las peluquerías continúan cerradas, “después de dos meses, el 90% de las rubias habrán desaparecido de la faz de la Tierra”: una de las grandes preocupaciones de la sociedad planetaria ha sido develada. Y aunque el precio del petróleo caiga por debajo de 0 dólar el barril, la Humanidad teme por la rubiedad en riesgo. En todo el mundo el virus se ensaña con los hogares geriátricos. El número de muertes en estas casas de retiro cuadruplicaría las cifras oficiales pero los bávaros están conmocionados porque Alemania ha decidido suspender su Oktoberfest. Los medios teutones se preocupan… por los miles de millones de euros en pérdidas. España plantea una nueva manera de contar los infectados mientras en Nueva York se cavan fosas comunes y aparecen camiones cargados de cajas con cadáveres en las calles de Manhattan. Los jubilados y pensionados argentinos rompen la cuarentena para ir a cobrar sus beneficios y se amontonan en la puerta de los bancos que no gastan ni un peso en hacerles la vida más amable. El Papa pide por los ancianos. El mundo le contesta con más muerte. 

 

Mayo 2020. ¿O junio? O acaso aún abril: El tiempo ha perdido bastante el sentido en un momento donde la oscuridad parece extenderse como en un invierno del Ártico. Alberto Fernández, con Horacio Rodríguez Larreta sentado a su derecha y Axel Kicillof a su izquierda -¡cómo podría ser de otra manera!-, anuncia la extensión del aislamiento en AMBA y una flexibilización importante para muchas provincias argentinas. El ojo está puesto en los Barrios Populares. Se lleva a cabo la 73.ª Asamblea Mundial de la Salud, la primera en celebrarse on line y allí se aprueba una resolución histórica para unir al mundo en la lucha contra la pandemia de COVID-19. Firman más de 130 países. Participan 14 jefes de Estado. Todo pour la gallerie: Trump rompe la relación de Estados Unidos con la OMS. El presidente norteamericano debe luchar, además, contra la endemia de racismo que vuelve más virulenta que nunca a ganar las calles de Minneapolis. Italia reabre sus fronteras al turismo y en todos los diarios de primera línea de Europa, Asia y América, columnistas económicos se pelean por determinar cuáles son los negocios ganadores y cuáles los perdedores de los primeros 6 meses de Pandemia. El Virus empieza a jugar otra batalla. Un filósofo trasnochado, el profesor Michael Clarke, de la Universidad de Exeter, dice que la peste ha venido a romper el “equilibrio” logrado “tras la derrota del nazismo”. Equilibrio… ¡qué palabrita!

 

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Mediados de 2020: El mundo sufre otro pico pandémico. Algunas ciudades importantes vuelven a la cuarentena estricta. Las cosas no están bien en el AMBA argentino pero Horacio Rodríguez Larreta, Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, instala la idea del running institucional, cagándose en la tapa del piano de los esfuerzos que se realizan en el Conurbano para que el contagio no se extienda demasiado. Miles y miles de walkers, runners & cyclist ganan las calles de la city porteña. A ellos se suman vecinos que salen a bailar a las veredas. Y manifestantes por las libertades individuales que se reúnen alrededor del Obelisco con las más diversas consignas entre las cuales predomina “Muerte a la Yegua”. Los medios acompañan. Horacito paga. Brasil llega al millón de infectados mientras cava fosas comunes. El orbe anuncia los primeros 10 millones de casos de Coronavirus pero en Argentina, la gente se pregunta cuándo vuelve el campeonato de fútbol… Y la AFA también. Mientras, al unísono, el Ministerio de Salud de la Nación anuncia el muerto número mil. La OMS calcula que la vacuna estará disponible recién en 12 meses. Se inicia una campaña de donación de plasma de infectados-recuperados (un tratamiento que ha dado resultado en los casos más extremos). Aumentan los contagios exponencialmente y el gobierno llama a un nuevo aislamiento… sin demasiado éxito. Se cumplen 100 días de una cuarentena mentirosa. Aparecen los apoyos monetarios a las actividades castigadas por la peste: Clarín y Techint cobran -como si fuesen empresarios PyMes en quiebra o trabajadores parados- y, además, reparten dividendos de sus empresas en dólares. 

 

Invierno austral 2020: El tiempo está detenido como en el Día de la Marmota. Por este sur del mundo hace frío. En el cuerpo. Y en el alma. Brasil y Estados Unidos disputan un record letal: qué país tiene más infectados y más muertos por COVID. Argentina inicia un lento pero sostenido ascenso en el ranking de casos. A pesar de que algunos plantean que el aislamiento decretado por Alberto Fernández es “la cuarentena más larga del mundo” se hace muy fácil ver (para quienes quieren ver, claro) que son cada vez más los que rechazan el aislamiento, sobre todo en las grandes ciudades, donde el virus comienza a expandirse. La Buena noticia anuncia que un laboratorio local será el encargado de fabricar uno de los componentes de la vacuna de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca. En Sao Pablo los muertos duplican la cantidad de camas que la ciudad tiene para cuidados intensivos. Muchos gobiernos de la región no incluyen a los miembros de sus pueblos originarios en los registros de contagios y Bolsonaro, líder de la gripezinha, para emular (o adular, elija usted, lector) a Donald Trump, amenaza con abandonar la OMS. Se desata la guerra de las farmacéuticas: intereses políticos, económicos y estratégicos empiezan a entrecruzarse en las cloacas mediáticas que construyen fakenews para minimizar que Moscú ha anunciado la Sputnik V, primera vacuna contra el coronavirus, primera esperanza contra el mal desconocido. Explotan casi tres mil toneladas de nitrato de amonio en Beirut y dejan un saldo de más de 200 víctimas fatales y miles de heridos pero la muerte no es un dato en un mundo que convive con la pandemia. En Argentina hay como una especie de mise en scene de aislamiento: el 28 de agosto se registran casi 9.000 contagios y 382 personas fallecidas por coronavirus… el país que pretendía ser ejemplo en la lucha contra el COVID-19 está lanzado como un bólido a tener las tasas más altas de positivos del mundo mientras una presentadora medio pelo de TV toma dióxido de cloro mentiroso en cámara.

 

¿Será Primavera en Argentina?: Como un ruido blanco, los días transcurren casi idénticos con altibajos propios de un electrocardiograma fallido. El planeta contabiliza su primer millón de muertos por el SARS-Cov-2 (nombre científico del popularmente conocido como “el bicho”). En Argentina se informa que más de 45.000 pymes han debido cerrar: arrastran una lucha desigual con un virus anterior que se conoció con el nombre del “Mejor Gobierno de los últimos 50 años” o sea, la cepa Macri. San Francisco amanece en medio de un incendio que amenaza con transformar Hollywood en cenizas y no están filmando… Los Emiratos Árabes Unidos y Baréin firman acuerdos de normalización de sus relaciones con Israel en la Casa Blanca y el pueblo palestino denuncia la traición. Trump da positivo al Test de COVID pero zafa. En las elecciones de Bolivia triunfa el MAS con Luis Arce como presidente y el golpe de Estado que se iba a llevar puesta a Sudamérica dura apenas un año. En Francia, el profesor de Historia Samuel Paty es decapitado por un islamista radical. Todo ha enloquecido menos Chile, que vota para cambiar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet. Argentina contabiliza el primer millón de contagios. 

 

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Finales del 2020 y coletazo 2021: Tiempo de eclipses y meteoros en diferentes rumbos del planeta. Chile y Argentina asisten a un fenómeno de ocultamiento total del sol y por Centroamérica, sin solución de continuidad, caen los huracanes Eta y Iota, cobrándose más de 200 vidas lo que, de todas maneras, en comparación con el millón y medio de muertos que ya se ha cobrado el Coronavirus, parece una ganga. Paralelamente, Estados Unidos sufre un tremendo terremoto…político: la derrota de Donald Trump en las elecciones presidenciales a mano del viejo Biden, que da el golpe, en sentido figurado, claro. El que no es broma es el que intenta el presidente perdidoso cuando un grupo de seguidores, muy parecidos a los integrantes del célebre grupo musical Village People, intenta tomar el Capitolio. Fracasan, pero Trump, aún en retirada, los alienta. El mundo decide cerrarse una vez más: la segunda ola de Covid es casi un Tsunami. Perú contabiliza 3 presidentes en una semana pero no alcanza para desplazar a la Argentina de 2001. Otro meteoro colosal, definitivo, arrasa con el fútbol en el mundo: muere D10S, se va El Diego. A los 60 años, un edema pulmonar se lleva al más grande jugador de todos los tiempos. Maradona deja la cancha para siempre. La pelota exige que la pongan de luto. Ojalá el Director Técnico Celestial le devuelva las piernas. El Reino Unido aprueba a las apuradas la vacuna de Pfizer y vacuna a Margaret Keenan, una mujer de 90 años. Pero el país que empieza una verdadera campaña de vacunación es Rusia con su Sputnik V de la que llegarán 5 millones de unidades a Argentina. Una colonia de ratas televisivas opera intensamente en una campaña de descrédito. Llegan a decir que contiene un chip que te vuelve comunista. Siempre hay algunos dispuestos a creer sandeces, por eso Pfizer financia a la luz del día, sin ningún empacho. El Reino Unido vuelve al confinamiento estricto porque, total, las grandes fortunas ya han hecho su agosto: desde la aparición del virus, los 10 hombres más ricos del mundo han incrementado en 400.000 millones de dólares sus fortunas, algo así como la totalidad de la deuda de toda América del Sur. Los más favorecidos por el COVID, Elon Musk, que ganó 127 mil millones y Jeff Bezos, que incrementó en 73 mil millones sus ahorros. Paralelamente, la CEPAL advierte que, “comparando diferentes indicadores sanitarios, económicos, sociales y de desigualdad, América Latina y el Caribe es la región más golpeada del mundo emergente”, con caídas de hasta 30 puntos en algunos países. Naciones Unidas presenta un informe en donde establece que “el hambre vinculada al virus está provocando la muerte de 10.000 niños más al mes durante el primer año de la pandemia”. Un terremoto sacude el sur de Chile, otro mucho mayor la zona del Congreso de la Nación Argentina cuando se aprueba la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Termina el año de la muerte con un guiño para la vida. Pero es apenas una gota de agua en el desierto de un planeta que en poco o nada ha cambiado ni promete cambiar. Disculpe estimado Byung-Chul Han, le pido perdón querido Slavoj Zizek y mi más distinguida consideración para con todos los demás filósofos y filósofas que quisieron ver, al inicio de la pandemia, una oportunidad de cambio para este mundo desparejo. “Que todo cambie para que todo siga igual”: gatopardismo al cuadrado. Hay una peste que crece desde que la humanidad pasó del medioevo a la modernidad. Y no hay vacuna para esta enfermedad que ha ido mutando del capitalismo industrial a esta ponzoña de financierismo salvaje. Así que, con el permiso de The Lancet y la provisión que nos manda el camarada Putin, vacunémonos con fe, con seguridad, con esperanza: en la confianza de que “la madrugada es oficio de sobrevivientes”.

 

Buenos Aires, 18 de febrero de 2021.

*Licenciado en Letras, escritor y autor junto a Aníbal Fernández de los libros “Zonceras argentinas al sol” y “Zonceras argentinas y otras yerbas”,  y “Los profetas del odio”. Su último libro editado es  “Zonceras del Cambio, o delicias del medio pelo argentino”.

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