Desde mediados de los años setenta del siglo pasado, no han cesado de incrementarse, a nivel mundial, las desigualdades y la concentración de las riquezas. El ritmo frenético e ilimitado de los capitales globales nos indica que muy pronto, de perpetuarse ese rumbo, el 1 % de los habitantes del mundo accederá a los mismos ingresos que el 99 % restante. ¿Cómo puede haber ocurrido semejante catástrofe irracional? A partir de esta pregunta lanzada por el economista norteamericano Joseph Stiglitz, Claudio Véliz se interna en otro de los dispositivos que han venido contribuyendo, de un modo contundente, con dicha colosal transferencia de recursos: las burbujas informativas promovidas y consolidadas por las usinas mediáticas.