Un individualismo neoliberal y posmoderno confluyen en una misma visión de “libertad”, ajena a todo imperativo social, centrada en la autosatisfacción de los deseos y en la mercadotecnia del yo.
En la Argentina de la mirada sucia lo primero que debemos preguntarnos es si Milei es un libertario porque en esta entelequia tan lastrada por la penuria como por la incompetencia, la Argentina de la mirada sucia avanza en su patetismo.