La vieja receta del neoliberalismo para los sectores populares es aguantar las necesidades, resignar derechos y tener confianza en el futuro prometido como esperanza.
Norberto Alayón afirma que el ministerio de Capital Humano, de humano no tiene nada. Una denominación para diversas reparticiones del Estado que se proponen “destruir” y que están concretando con éxito en perjuicio de la mayoría de la población.