Hugo Presman

21 octubre, 2020

¿Hay más que un falso ingeniero? – Por Hugo Presman

El rumor que ha circulado persistentemente en torno al título de ingeniero de Mauricio Macri es que jugosas donaciones de su padre Franco a la Universidad Católica, le permitieron acceder a un título sin cursar la carrera con la condición de que nunca ejerciera la profesión. El libro del periodista Santiago O´Donnell, “Hermano. La confesión de Mariano Macri, sobre la trama de poder, política, negocios y familia detrás de su hermano Mauricio”, está próximo a aparecer. Tal vez se pueda saber finalmente si hay o no más que un falso ingeniero. 
10 noviembre, 2020

Propiedad privada y Constitución – Por Hugo Presman

Hugo Presman desarrolla en esta nota la idea de que una Constitución no es un acuerdo celebrado en abstracto sino que revela una relación de fuerzas en un momento dado. Así la Constitución de 1853 se sanciona después de la Batalla de Caseros en la que triunfaron las fuerzas del modelo de economía primaria exportadora. En cambio la Constitución peronista de 1949 reflejó el predominio del modelo de sustitución de importaciones y la ampliación de derechos para los sectores populares. La del 1994, en pleno invierno neoliberal, fue una especie de canje entre la necesidad de Menem de ser reelecto y la de Alfonsín de sacarle algunas concesiones. En cada una de esas dos primeras Constituciones, el derecho de propiedad está legislado desde distintas perspectivas. Lo insólito es que periodistas del establishment, por ignorancia o por motivos pocos elogiables, se pregunten si el presidente Alberto Fernández cree en la propiedad privada.   
25 noviembre, 2020

MARADONA – Por Hugo Presman

Murió el más humano de los dioses y Hugo Presman lo despide con esta nota.
15 diciembre, 2020

La soledad en la vida y la muerte – Por Hugo Presman

El abandono y la soledad de dos adversarios inclementes, tan diferentes y tan parecidos en la soledad de la muerte como Maradona y Neustad. La soledad privada de Perón, protagonista eterno en su vida pública de un baño de multitudes, y la soledad y el abandono del Che en un paraje perdido de Bolivia. Hugo Presman sostiene que tal vez, con la experiencia de la muerte de los protagonistas mencionados, habría que reformular la ironía del genial Woody Allen: “No le tengo miedo a la muerte, pero no me gustaría estar ahí cuando llegue. Cuando finalmente me ubique y no la logre seducir ni reír con mi último chiste, que me encuentre acompañado”.