Luis Bruschtein analiza en este artículo la intención de Donald Trump de imponer en la presidencia del BID al ultraconservador Mauricio Claver Carone, intento que rompe una ley no escrita que se respetó en los 64 años de existencia del BID, que estipula que la presidencia del organismo es para un país latinoamericano y forma parte de un esquema de equilibrio, ya de por sí bastante desequilibrado.