El comunicador y publicista de derecha Marcelo Longobardi se refirió hace días a la necesidad de un “reformateo autoritario” de la sociedad argentina. Ricardo Aronskind sostiene que la impunidad real que ha tenido el poder económico local y el contexto global que invita a nuevos avances sobre los derechos y el nivel de vida de las mayorías, están detrás de la idea del reformateo. Aronskind afirma que la trampa de una democracia reducida a una serie de rituales institucionales pero vacía de su contenido profundo, nos obliga también a imaginar una reconfiguración democrática que libere a las instituciones representativas de las restricciones conservadoras que limitan el ejercicio pleno de la soberanía popular.