La fantasía, el sueño húmedo de elegir a un oponente que nos asegure un combate vistoso y la certeza de un triunfo contundente, es poco más que eso: una suerte de ruleta rusa en la que, generalmente, se gatilla el que la propone.
El capitalismo en su nueva fase, el neoliberalismo, dispone de las ultraderechas cargadas de odio que desde el uso de la palabra Libertad, acusan de totalitarios a los gobiernos progresistas y preparan virtualmente un golpe de estado diferente a los golpes clásicos.
En esta nota el psicoanalista Sebastián Plut problematiza sobre el concepto de libertad para llegar al análisis de quienes se inscriben en la militancia del anticuarentenismo neoliberal, colectivo heterogéneo con un alto grado de dispersión de consignas, orígenes y adhesiones ideológicas cuya única isotopía unificadora es el rudimentario odio al populismo bajo el grito de “libertad”.
“No puedo respirar” se multiplica en las calles; es el eco recogido por el pueblo americano, resonancia de la súplica de George Floyd, devenido símbolo de lucha. Es grito que denuncia la administración de la violencia como solución al racismo y la segregación.