La Tecl@ Eñe

19 abril, 2020

La trampa judicial – Por Luis Bruschtein

La hegemonía del neoliberalismo montó una estructura jurídica que subordina los derechos y protege a los privilegiados. Sostenidos en esa trampa judicial es que los propietarios de grandes fortunas seguramente van a judicializar el proyecto de ley para establecer un impuesto extraordinario a las fortunas mayores de dos o tres millones de dólares que serviría para afrontar las inversiones que demanda la lucha contra la pandemia del Covid-19.
20 abril, 2020

¡Es la salud pública, estúpido! (séptimo Capítulo) – Por Ricardo Forster

El primer gran desafío al que nos enfrentamos es reconstruir el Estado bajo las premisas de su responsabilidad social abriendo de forma universal el acceso a la salud; pero también cuestionando en los hechos la desigualdad estructural junto a la financiarización predominante en la lógica de acumulación del capital en su etapa neoliberal.
20 abril, 2020

Pensar con las manos, el origen del mundo (dibujos y pinturas de Oscar del Barco) – Por Diego Tatián

En el presente texto, Diego Tatián evoca uno de los aspectos menos conocidos del trabajo de Oscar del Barco. Sus dibujos y pinturas -propone- nada tienen que ver con el mundo reducido a un mínimo de experiencia al que nos confina el complejo sistema de dominación en curso. Hacen más bien un hueco en el mundo así sometido para preservar lo que se halla reprimido u oculto.
21 abril, 2020

Números rojos – Por Hugo Presman

La cuarentena recluye a la población en sus domicilios, las calles quedan desiertas, las caras son irreconocibles detrás de los barbijos, las ciudades privadas del bullicio de sus niños en el espacio público, el miedo al virus y a un futuro nebuloso exhibe lo mejor y lo peor del género humano. Vienen días duros, superiores a los muy intensos de este doloroso presente. Empezó el siglo XXI, parido por una hecatombe planetaria. Lejos ha quedado aquel tiempo que considerábamos normal, aunque transitáramos un mundo y un país con serios problemas y creciente desigualdad. Hasta se podría decir lo que Alejandro Dumas pone en boca de uno de sus personajes: “Qué felices fuimos el tiempo en que éramos tan desgraciados.”