Raúl Zaffaroni sostiene en este artículo que más allá de las discusiones semánticas en torno a los presos políticos, en nuestro país hay presos que no debieran estarlo, y afirma que la solución institucional debe lograr no sólo la libertad de quienes no tienen que estar presos, sino que también debe lavar el honor mancillado de la inmensa mayoría de los jueces del país, para devolverle a los ciudadanos la seguridad jurídica de la libertad.