El comportamiento del gran empresariado industrial argentino va contra las mayorías, están colonizados e ideológicamente tienen anteojeras; carecen de un proyecto que, persiguiendo sus propios intereses, consiga incluir a las mayorías. Es difícil hacer un desarrollo capitalista sin la clase social que debería motorizarla. Como alguna vez escribió el ensayista Alejandro Horowicz: “son una clase dominante pero no dirigente.”