El proyecto es una racionalización deliberada de la vida política, a diferencia del proceso que es inevitable y se impone. Justamente, el proyecto, y ese es su principal deseo, intenta modificar los procesos, acelerarlos, detenerlos, reconducirlos, etc. También está la adaptación, el modo en que un proceso general puede incorporarse a lo local manteniendo la soberanía. Poner de pie a nuestro país implica hoy mantenernos conectados con el mundo pero con un proyecto que pueda mejorar la vida de nuestro pueblo.