Carlos Caramello afirma que existe una progresía sentimental y coqueta que simula abrazar las consignas más profundas de la doctrina peronista pero, en realidad, lo que hace es amortiguar el golpe que le provoca al Poder tropezar otra vez con la piedra populista. Son los progre-peronistas, la nueva herramienta imperial para instalar aquel formato de dos partidos de derecha a los que Juan Perón hizo referencia.