Sebastián Plut sostiene en esta nota que la violencia de los trumpistas que asaltaron el Capitolio en EE.UU., la de aquellos que en 2019 desplegaron la furia destituyente de Evo Morales en Bolivia, o la indiferencia banal de quienes desafían toda premisa sobre el cuidado propio y ajeno durante la actual pandemia, nos ponen en alerta sobre las intensas pulsiones que bajo una euforia triunfalista atentan contra la preservación colectiva.