Fiel a sus principios -como para no defraudar a su electorado ni a sus detractores- Carrió usó el clímax de la Pandemia y la llegada de las vacunas rusas para condimentar de ideología la droga que venía a salvar vidas. Recomendaciones de no vacunarse si la droga no venía “de un país democrático”; denuncias penales contra el Presidente; operaciones mediáticas a favor de los laboratorios Estadounidenses (no por nada la invitan a la Embajada cada 4 de Julio); show, y más show… aún a costa de la vida de los que le creyeron.