El intento de Cambiemos de remover a Eugenio Raúl Zaffaroni de su cargo de juez en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, es parte del ataque a opositores sostenido en el relato oficial de cambio por el que se quiere ocultar la transformación económica del país y el debilitamiento de derechos esenciales.
El listado de presos que estarían en condiciones de acceder al arresto domiciliario que el gobierno elaboró, es sólo el caballo de Troya dentro del cual se esconde casi un centenar de represores, torturadores, desaparecedores, a quienes la administración Cambiemos intenta beneficiar.
Defender la integridad y la libertad de CFK y oponerse al vendaval de operaciones no es defender a la ex presidenta, sino un acto de defensa colectiva frente a la embestida contra el Estado de derecho.
El migrante expuesto como un competidor para los trabajadores argentinos, o como un criminal, no sólo es patrimonio del macrismo. Radicales y PRO no están solos en ese sucio trabajo de agrietar el huevo de la serpiente.