La reciente aparición de la pintura callejera del artista plástico Banksy, en Londres, pone en evidencia un nuevo fenómeno: la violencia institucional judicial, la que ejercen numerosos magistrados que amparan gobiernos autoritarios, y que suele ser más sutil que la violencia policial, porque no es una tonfa o una cachiporra, sino una sentencia que se escribe con la misma violencia y crueldad.