La selección nacional de fútbol debió soportar durante el desarrollo de la Copa América la malicia de los hinchas de la derrota. Vicente Muleiro lo define así en esta nota: Hay quienes no pueden aflojarse ni respirar fuera del infierno que encendieron. Su negocio es la desolación del otro, que de haber ganado la verdeamarelha, confirmaría que la alegría no hubiera sido solo brasilera.