El filósofo Alejandro Boverio sostiene en esta nota que el nudo gordiano del progresismo actual es que procura – y lo cree posible - quedar bien con todos, algo desde ya imposible. En ello reside la superficialidad que corroe desde adentro al gobierno nacional, que encarna un progresismo twittero, anclado en la imagen, y que le da más importancia a las redes sociales que a la realidad.