La legislación argentina hoy dispone que ante un crimen como el cometido contra Fernando Báez Sosa, de fuerte sesgo racista y odio al pobre, la sanción es la privación de la libertad para los responsables. Yanzón plantea que, si se trata de vivir en una sociedad democrática, debemos permitirnos pensar más allá de la solución inmediata, que es el encierro, porque la cárcel solo arroja mayor violencia a la sociedad, no resocializa y nadie sale bien de esa experiencia inhumana.