Despuntaba el siglo y Lilita se encontraba (de casualidad o por aviso de la Embajada) con el puntapié de su fama de denunciadora. Un caso de corrupción traído de los pelos en la provincia de Mendoza, un asesor non sancto y un viaje al corazón de la Democracia (léase EEUU) bastaron para que volviese con una denuncia rimbombante que obligó al Congreso a crear una Comisión Especial Investigadora del Lavado. A partir de allí, el dislate. Un espía parecido a Chuck Norris, una investigación fabulada y como resultado de esto, una candidatura sostenida en la traición a sus compañeros. Esto y mucho más en el capítulo 29 de "La Carrió - Retrato de una Oportunista", más oportunista que nunca. Pero pasen... pasen a conocer qué había en "Las Cajas del Wash & Wear".