La memoria colectiva de un pueblo está en los relatos y las novelas. Recordando la gran amistad que tenían Germán García y Ricardo Piglia, la autora de este artículo nos habla de un nombre recuperado, de un libro secuestrado: Nanina.
Ante la desoladora presencia del dolor al que el gobierno de Milei nos arroja, la autora de la nota nos propone, como forma de resistencia, acudir a la poesía, esa delicada trama que entreteje las voces de lo que aún insiste en la memoria.