Horacio González propone un balance como modo provisorio para juzgar los “claroscuros” de cualquier empresa o gobierno. Facilitan la cuestión las clásicas columnas del debe y el haber, que son modelos de conocimiento pero cuya persistencia está asegurada en las reacciones vitales que desde luego tenemos ante fenómenos políticos o de cualquier otro tipo, en un lapso de tiempo preferentemente anual. Entonces, sostiene González, lo que se impondría escribir son unos Anales -el balance de un año-. Así González pone en la balanza nuestra propia mercadería -digamos, Fernández, digamos año 2020-, según la vieja imagen del panadero que pasaba por las esquinas ofreciendo lo suyo.