Mientras Europa se blinda con exigencias ambientales, China asegura alimentos con acuerdos bilaterales y Brasil se potencia en los BRICS, Argentina queda como peón de EE.UU. El riesgo de este rumbo no lo pagan los grandes exportadores, sino los votantes de Milei, ganaderos y agricultores que dependen de mejores precios para sostener su producción.