El tecnocapitalismo y el poder político están intrínsecamente vinculados en la era del fascismo 2.0. El control de la información y los datos es el verdadero capital del tecnofeudalismo y los bots son sus soldados digitales. Es fundamental que los usuarios de X y de otras redes sociales se unan para promover un discurso alternativo, basado en la empatía y el respeto. La lucha es difícil, pero necesaria.