Los hechos ocurridos el jueves arrojan los siguientes resultados: magnicidio fallido y comunicación exitosa. Se abren nuevas preguntas. Una guerra declarada por una derecha que hay que volver a examinar en detalle y un desafío para quienes, no conformes con el actual devenir de la democracia pero sin salirse de ella, deben elaborar nuevas estrategias a la altura del conflicto, a partir de la movilización popular.