El Gobierno ha perdido credibilidad a partir de diciembre con la ley previsional y la oposición no logra ofrecerse como una alternativa potente y organizada. Estamos en el laberinto de las negatividades donde la política sigue en deuda con el bien común. Es necesario afrontar el momento y configurar un proyecto político nacional de largo plazo destinado a atacar los problemas estructurales del país.