El kirchnerismo puso en evidencia la disputa en el interior del peronismo. Señaló sus límites y la necesidad de ampliar su base de sustentación material y simbólica. Creer que recostarse en el PJ y sus lógicas territoriales supone la única opción para disputar con posibilidades el futuro inmediato constituye una clausura de lo que su nombre significa en la historia argentina como renovación de los ideales de emancipación y justicia. En el interior de esa creencia subyace el intento de adaptar, una vez más, el peronismo a su versión conservadora, esa que deja tranquilo al poder económico corporativo.