La construcción de nuevos establecimientos penitenciarios en América Latina, la persecución penal del narcotráfico, la definición difusa del narcoterrorismo, la invocación de plagas en guerras imaginarias, parecieran responder a una política criminal de raigambre colonial que se extiende aceleradamente en la región. Una reflexión crítica del autor nos invita a revisitar estas prácticas y conceptos: deportaciones como destierro, prisiones perpetuas, muerte anticipada, delincuentes “peligrosos” irredimibles a eliminar, amenazas de disolución social en continuas “guerras” continentales y economías invisibles con intereses ocultos.