Martín Kohan sostiene en esta nota que el reduccionismo y la simplificación de la noción de libertad, que no es sólo potestad de Javier Milei, alentó la posibilidad de que un discurso como el suyo ganara espacio; y advierte Kohan, que no habría que descartar que el poder de atracción que Milei ejerce pueda responder menos a la libertad que proclama, que a la violencia con que lo hace.