Laura Alonso y Patricia Bullrich fueron quienes indujeron con firmeza al fiscal Nisman a presentarse en el Congreso Nacional para exponer su denuncia contra la ex Presidenta. El consejo de Laura Alonso fue de orden discursivo: exhibir una palabra serena, dejando hablar al otro con una indiferencia total hasta reducir sus eventuales vehemencias retóricas a la burda condición del ladrido, al estado de animalidad.