Claudio Véliz afirma en este artículo que durante los últimos cuatro años de saqueo, nuestro país se convirtió en un gran laboratorio de las prácticas, eslóganes, retóricas y estereotipos posverdaderos, dispositivos eficaces del semiocapitalismo que se ha valido de un nuevo y original régimen de veridicción sostenido por las violencias del poder, la legitimidad que les brinda la normalización del no-saber y la inédita, en virtud de su eficacia invasiva, artillería mediática.