Alejandro Kaufman reflexiona sobre el actual auge totalitario que vive nuestro país y que se vincula con sociedades en la cuales prolifera la crueldad y el goce, y donde las tramas digitales son articuladoras de un denso tejido en el que las subjetividades son asimiladas a un régimen universal de mercado que torna inexistente esa huella de conciencia y responsabilidad sobre el colosal sistema técnico, social, normativo, de control y consumo.