Lucas Arrimada sostiene que el derecho será una herramienta para construir una nueva concepción excluyente para una sociedad en fragmentación profunda. En ese contexto, la profesión legal parece ser garante de la destrucción de lo público y de los negocios judiciales. Se vienen tiempos de demagogia legal y populismo judicial mientras la dinámica económica nos empobrece y embrutece.