La superación de las crisis recurrentes exige medidas de una profundidad que van desde la recuperación de los recursos naturales al comercio exterior, desde volver a tener la soberanía sobre los puertos hasta recuperar territorios tomados por el narcotráfico a través de una nueva ley que regule y controle las actividades bancarias y financieras. Las marchas del 24 de marzo han demostrado que quedan importantes reservas de resistencia en nuestra sociedad y que no será “una fiesta” ir por la quita de derechos.