El filósofo Mario Casalla recuerda en esta nota, y en momentos en los que el nuevo embajador de los EE.UU. Marc Stanley llegó a la Argentina – para afirmar que la Argentina necesitaba un plan macroeconómico sólido – que el país ingresó al fondo recién en 1955,y que el hecho de que Perón decidiera no ingresar al organismo financiero tuvo mucho que ver un muy joven Antonio Cafiero, a la sazón agregado económico de la embajada Argentina en Washington.