El gobierno no es el poder, esto está claro. Pero, con localizar dónde está el poder no alcanza para transformar la realidad. Ricardo Rouvier sostiene en esta nota que un gobierno de contenido nacional y popular tiende, y eso lo diferencia, a darle lugar a la intervención del Estado, como máxima institucionalidad de la sociedad política, para atacar o limitar los procesos de concentración y centralización del capital que incrementan las desigualdades y afectan el patrimonio nacional. Pero, además, debe poner en marcha la organización democrática de los sectores populares con el objeto de anteponer poder frente al poder instituido. Son dos tareas: gestión y construcción política.